Esto fue anunciado ayer por el Papa, reformando por Decreto la anulación del matrimonio católico.

De esta forma se simplifica el proceso de anulación del sacramento, a partir del 8 de septiembre, pasando a ser gratuito ( a partir de diciembre serán las diócesis las que tendrán que hacerse cargo del proceso) y con unos plazos más cortos ( entre tres meses y un año ). La declaración de nulidad será posible después de una sólo sentencia firmada por un juez único bajo la responsabilidad del obispo.